El ritual se ha completado
El evento de terror televisivo llega a su fin con una tercera entrega que cumple con lo que prometía en su comienzo y como dice la canción de Tango Feroz, el amor es más fuerte.
Por Ricardo Diaz
Tres semanas, tres noches, tres partes, una historia. El desafío de Leigh Janiak era arriesgado. Pero ahora con la conclusión de su adaptación de los libros Fear Street de R. L Stine, y viendo la evolución en cada una de sus entregas se puede decir que valió la pena el desafío. Y el espectador lo agradece.
Retomando lo ocurrido en la segunda parte en 1978 cuando en la última escena Deena (Kiana Madeira) tiene la visión de Sarah Fier al unir la mano perdida y el cuerpo de la bruja. Desde ese momento arranca la tercera parte. Bienvenidos al pueblo Unión (se vuelve irónico a medida que avanza la película) y al año 1666 (sí, una idea super brillante).
La conexión del personaje de Madeira con la bruja real (Elizabeth Scopel) permite que ella vea a traves de los ojos de Fier, por esa razón ella es la que representa a la bruja y todos sus conocidos terminan dentro de esa visión, por ende todos los actores vistos en las entregas anteriores, aparecen nuevamente tres siglos atrás en otros personajes. Así aparecen el hermano de Deena, Josh ahora llamado Henry, Ziggy como Constance (una pícara aldeana que organiza una busqueda de bayas psicodelicas), el sheriff Nick Goode (Ashley Zukerman) como Solomon Goode y claramente el amor de la heroína, Sam/Hannah Miller, que sigue teniendo padres represivos. Y en esta ocasión más ya que es la hija del pastor del pueblo.
En este pueblito colonial hermoso y patriarcal de una noche a la otra, más precisamente luego de la nueva luna llena, empiezan a suceder hechos extraños. El agua se contamina, las frutas se pudren y el pastor es poseído por algo que le hace cometer una atrocidad que solo puede ser producto del diablo. Entonces se desata la clásica cacería de brujas y quienes tienen todos los numeros para ser elegidas son Sarah Fier y Hannah Miller por haberlas visto hacer cosas no santas en esa noche especial. Y como los hombres son los que deciden, ese hecho las convierte en adoradoras de Satan, en consecuencia, son brujas que hay que colgar.
Janiak a través de la visión de Deena muestra como se desata toda la maldición que caerá sobre Shadyside en el futuro y a cada uno de sus descendientes. Una maldición de sangre. Como si ese amor prohibido y trágico de las dos féminas prevaleciera en el tiempo, buscando venganza, pero más que todo, justicia.
La historia tiene un interesante giro que por más que pueda preveerse sorprende y funciona como esa pieza de puzzle que uno encuentra a último momento. El terror en esta tercera parte se vuelve más profundo, no tanto por lo que se muestra sino por lo que provoca al pensar en lo que sucede en ese lugar hace tanto tiempo. De alguna forma ese sentimiento se vuelve contemporáneo y salta de la pantalla a la vida real si se hace una retrospectiva de lo sucedido en los últimos tiempos en cuanto a la condena de aquellos a los que se los considera diferentes.
A mitad del film cuando la luz ilumina las sombras develando el oscuro secreto, el film vuelve a donde todo empezó. De regreso a 1994, segunda parte.Pero ahora todas las piezas encajan, todo se comprende y entiende, como el por qué de la sangre que buscan siempre los asesinos.
Fear street 1666 se vuelve la entrega más original. Se despega del homenaje y se vuelca a contar su propia historia con un estilo propio y eso es lo que hace que su conclusión como trilogía sea apreciable y reconocible. No está la odiosa comparación "se parece a" y entonces se la disfruta a la película por lo que es. Y termina siendo una experiencia divertida. Como una montaña rusa. Durante su primera mitad va subiendo, causando terror, tensión y expectativa, para después en su segunda mitad, bajar a toda velocidad en donde ese miedo también se funde con diversión y la música tambien da la pauta de ello. Ya lo dicen los chicos de The Offsprings en come out and play, sal a jugar y eso esta más que claro en todo el climax que ocurre en el shopping donde comenzó la primera entrega, cerrando el círculo. Todo ese tercer acto bajo los efectos de pintura fosforescente incluyendo una cómica escena con los asesinos. Pero está bien, porque es entretenimiento y es Netflix. Punto.
El final tal vez es muy simple, pero termina siendo el adecuado (además suena the pixies, siguiendo con la coherencia inicial). Porque Janiak desde el pimer segundo de su trilogía muestra cuál es la verdera historia y el mensaje que quiere dejar. Pero para ello se introdujo en los recovecos del terror, para que ese mensaje sobreviviera a hachas, cuchillos, navajas, horcas y hasta al propio Belcebú. ¿Cuál es ese mensaje? El más simple, presente desde el origen del tiempo y tan poderoso como el martillo de Thor. Si aún no lo saben vean la saga completa para descubrirlo.
Calificación **** (Muy Buena)
Título original: Fear street part three: 1666 (2021) - País: Estados Unidos - Director: Leigh Janiak - Guión: Leigh Janiak/Phil Graziadei/Kate Trefy, basado en los libros de R. L. Stine - Intérpretes: Kiana Madeira, Ashley Zukerman, Gillian Jacobs, Olivia Scott Welch, Bejamin Flores Jr, entre otros - Fotografía: Caleb Heymann - Música: Marco Beltrami/Anna Drubich, Marcus Trumpp - Duración: 114 minutos.
***** (Excelente) - **** (Muy Buena) - *** (Buena) - ** (Regular) - * (Mala)
Fotos de los textos: Kiana Madeira y Bejamin Flores Jr en fear street part three 1666 (IMDb) .
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