domingo, 29 de agosto de 2021

El dulce nombre del miedo

Candyman regresa una vez más a los cines en una nueva historia que retoma la clásica leyenda urbana pero se convierte en algo más, poniendo en pantalla temas raciales. Antes de decir su nombre por quinta vez ante el espejo, fijate en el siguiente comentario.


Por Ricardo Diaz

Una leyenda urbana es es un relato que se transmite de boca a boca que cuenta hechos supuestamente verídicos, muchas veces asociados a alguna supersticion. Dicho relato es aggiornado a medida que va circulando y suele adquirir caracteristicas inverosímiles y misteriosas. Y por lo general presenta algun tipo de moraleja. En este contexto está Candyman. En donde si dices cinco veces su nombre frente al espejo, él aprece y te lleva al mas allá de la mano-gancho, previo a destriparte con ella.

En 1992 Bernard Rose llevó por primera vez dicha historia protagoniozada por Virginia Madsen y Tonny Todd como el dulce hombre del garfio. Y si bien se trataba de un film dentro del género del terror plasmaba otros temas de fondo relacionados con la eterna desigualdad racial e inclusive hasta una trágica historia de amor de fondo. 

A casi treinta años de aquel estreno, Nia DaCosta (Little Woods) retoma aquella leyenda y logra un film interesante y renovado que en sus noventa minutos de duración se cierne de lleno en el injusto trato que siguen recibiendo algunos habitantes por no ser "blancos" y la falsedad de la sociedad en cuanto a la aceptación y que no existe el desprecio por el color de la piel. Cuestiones que saben como abordar los guionistas Jordan Peele, Win Rosenfeld y la propia Nia.  La historia se convierte en una secuela de la entrega de los años noventa pero no obliga a que el espectador tenga que verla previamnete. El propio film se encarga de forma magistral de contar los hechos sucedidos hace unos años en Cabrini-Green, usando una secuencia con sombras de marionetas. Y ya ese simple recurso eleva la calidad del producto final. De modo que llamarla secuela es injusto porque es mucho más que eso, es una historia propia. Por eso ni su título lleva la maldicion del número romano que vuelve a las películas un producto en serie. 

Los años han pasado,pero hay cosas que no se olvidan. Yayha Abdul-Mateen II es el que va a conectar con el pasado de ese lugar maldito, ahora aburguesado, o tal como diría un personaje "los blancos construyen el ghetto". En donde él también formó parte cuando apenas era un bebé y le ocurrieron eventos extraños que no recuerda. El personaje en cuestión es Anthony McCoy un aspirante a artista que es vapuleado por sus supuestos colegas a sus espaldas. En una reunión con su pareja Brianna (Teyanah París), el hermano de ella, Tray (Nathan Stewart-Jarred) narra la historia de Candyman, despertando curiosidad en Anthony. Tras investigar los hechos de la historia contada por Williams Burke que conoció al hombre dulce del título (Colman Domingo) y lleva al mito a un lugar más contemporáneo en donde la injusticia social y el poderío blanco sin límites son la causa de la leyenda. Por tal motivo todos esos sucesos se convierten en la musa de McCoy para su muestra para de una vez por todas lograr ese reconocimiento que busca. Sin embargo su obra permitirá invocar al fantasma y la sangre se derramará nuevamente, pero con otros fines. 

El film de DaCosta se vuelve interesante por la forma en que entreteje las historias de la leyenda con la actualidad y la trama de la nueva historia. Nia presenta a Candyman como una suerte de vengador además de ser aquel fantasma asesino de aquellos que lo conjuran por diversión, como en la escena de la escuela en donde cinco chicas dicen su nombre al mismo tiempo en el baño. Una escena grandiosa que capta la idiotez de la juventud. Pero el logro de la realizadora es lograr una película que trasciende el clásico horror y pone en pantalla otros tópicos para que más allá de la violencia gráfica expuesta y lo sobrenatural, el espectador piense en cómo se comporta y la forma de ver al prójimo. Pensamientos que llevan a otra clase de terror. 

Cada una de las decisiones de DaCosta se convierten en aciertos. Desde su aporte en el guión junto con Peele que claramente se ha convertido en un referente en contar historias con temas raciales usando el terror y hasta un cierto humor cínico para manifestar su opinión al respecto. Pasando por los aspectos técnicos y la creatividad en presentar este espíritu por momentos invisible para lograr momentos de suspenso. La escena del ascensor en donde Anthony ve su nuevo reflejo es impresionante, y esto también es posible a causa de las actuaciones en donde todos cumplen con su aporte en el film y componen personajes creíbles que le dan forma a la historia. Desde su protagonista hasta el dueño de la galería de arte, un ser bastante despreciable. Los créditos iniciales puestos como reflejo en un espejo ya predisponen a desafiar al espectador a otra mirada. 

Candyman se basa en un cuento corto de horror de Clive Barker titulado the forbidden (lo prohibido) y lo que logra la directora con esta secuela espiritual, como algunos la han llamado, es justamente eso. Mostrar una realidad prohibida, una realidad que se busca ocultar y callar, pero siempre quedará el fuerte zumbido de aquel que se anime a pronunciar su nombre cinco veces. 

Calificación **** (Muy Buena) 



Título original: Candyman (2021) - País: Canadá, Estados Unidos - Director: Nia DaCosta - Guión: Jordan Peele, Win Rosenfeld, Nia DaCosta - Intérpretes: Yayha Abdul Mateen II, Teyanah París, Nathan Stewart-Jarret, Colman Domingo, Vanesa Williams - Fotografía: John Gulesserian - Música: Roberto Aiki Aubrey - Duración: 91 minutos.

***** (Excelente) - **** (Muy Buena) - *** (Buena) - ** (Regular) - * (Mala)

Fotos de los textos: Yayha Abdul Mateen II en Candyman (IMDb). 









 

sábado, 14 de agosto de 2021

El hombre sin miedo

El ciego monstruoso del film de Fede Alvarez regresa una vez más, pero esta vez sin ningún émbolo con material genético, solo el poder de la fuerza en esta secuela muy diferente. 
Por Ricardo Diaz

En 2016 se estrenaba No respires, en donde unos chicos que roban casas no tienen mejor idea que ir hasta la vivienda de un ciego para hacerse con un suculento botín. Lo único que ellos no sabían es que el habitante tenía una serie de habilidades adquiridas en su pasado militar, ademas de tener oscuros secretos atados en su sótano. Ese film dirigido por Fede Alvarez presentaba una historia de suspenso que se volvia terrorífica a medida que se descubría el pasado del no vidente. Además de contar con todos los elementos clásicos aportados por el padrino San Raimi. El resultado fue una película interesante y claramente con un final que abría las puertas para una continuación. 

Así llegamos a Don't breath 2. En esta ocasión Fede vuelve a formar parte del guión, pero la dirige Rodo Sayagues que también se encargó de escribirla. La historia sucede unos cuantos años después de lo sucedido en la primera parte. Stephen Lang vuelve a encarnar a Norman Nordstrom (ahora se conoce su nombre), aquel soldado que perdió su vista en la guerra de Irak y como si eso no fuese poco también a su hija en un accidente. Convirtiéndose en un ser monstruoso descreído de todo y capaz de cualquier cosa. Pero ahora no está solo, ademas de su perro fiel Shadow, está Phoenix (Madelyn Grace) una huérfana qué él ha rescatado al parecer de un incendio y de alguna forma ella logra ocupar ese lugar vacío. Igual dado su pasado es sumamente estricto con la niña en cuanto a entrenarla para sobrevivir y en prohibirle salir a la ciudad, salvo algunos viajes esporádicos con la sherif del pueblo, Hernandez (Stephen Arcila). Esa extraña tranquilidad cambia cuando un grupo de mercenarios liderados por Rayland (Brendan Sexton III) secuestran a la pequeña y despiertan nuevamente la ira ciega (ja!) de Norman. 

Sayagues cambia todo lo que planteaba la primera parte e inclusive hasta el tono del film. Esa sensacion de encierro y terror que existía en la antecesora acá es reemplazado por una acción brutal con toques de gore y litros de roja hemoglobina, patrocinadas nuevamente por Raimi, y eso siempre es celebrable. Incluisive el mismo personaje de Lang es presentado de otra forma. Hace hincapié en el tema del ex soldado que busca la redención y expiar todos sus pecados de guerra y los que cometió fuera de ella también. Y por eso irá tras la búsqueda de los captores de su adoptada, como si fuese su ultima chance de recuperar algo de su alma. 

Este cambio en el personaje recuerda a Terminator cuando Arnold Scwharzenegger en la primera era el T-800 exterminador y despues volvía como el salvador. En No respires 2 se repite ese recurso. Lang se vuelve una mezcla de Rambo y Daredevil con todos sus sentidos restantes desarrollados casi más allá de lo normal, matando sin miramiento y sangrientamente a todos los que se interpongan en su camino en un rescate inverosímil e imposible. Aún así el resultado es agradable de ver. Las escenas de acción del ciego contra los mercenarios no tienen desperdicio. Hay disparos, martillazos, persecuciones con perros hambrientos, machetazos y hasta hundimiento de ojos (¡oh si! será sangrienta) El director logra coreografíar muy bien esas escenas dándole dinamismo que es lo que busca esta secuela. 

La trama puede tener sus falencias y algunos temas tratados muy a la ligera como el tráfico de órganos y en sí parecer una historia de una película de acción de un domingo por la tarde, pero hay que recordar que toda la historia se basa en una persona ciega que lleva en su interior demasiada oscuridad y violencia. Ya se pudo observar como eso lo afectó de forma negativa en la película de Fede Alvarez, por lo que, lo que logra Sayagues tiene sus méritos también porque le da un cierre digno a ese monstruo que crearon años atrás. Además, ahora es muy común en cierta forma reivindicar a aquellos personajes que son villanos, de manera que el camino de la redención es totalmente válido para esta secuela y para su antihéroe. Este ciego parece haber visto por primera vez en mucho tiempo y va a aferrarse a esa luz porque al fin y al cabo lo esencial es invisible a los ojos si se ve con el corazón. 
Calificación *** (Buena) 

Título original: Don't breath 2 (2021) - País: Estados Unidos, Serbia - Director: Rodo Sayagues - Guión: Fede Alvarez/Rodo Sayagues - Intérpretes: Stephen Lang, Brandan Sexton III, Madelyn Grace, Stephen Arcila - Fotografía: Pedro Luque - Música: Roque Baños - Duración: 98 minutos.

***** (Excelente) - **** (Muy Buena) - *** (Buena) - ** (Regular) - * (Mala)

Fotos de los textos: Stephen Lang y Adam Young en no respires 2 (IMDb). 





sábado, 7 de agosto de 2021

El guardián suicida

James Gunn se toma un respiro de Marvel y hace de las suyas para DC y el resultado es un film explosivo y adrenalínico cono saltar de un precipicio.


Por Ricardo Diaz 
Las películas de Marvel han demostrado su poderío sobre su competencia superheroica directa en más de una decada con su UCM, salvo excepciones como la trilogía de Christopher Nolan recreando la cruzada del hombre murciélago y brindándole la oscuridad y realismo que el personaje merecía. Por algún motivo del universo, las historias de DC no terminan siendo bien adaptadas a la pantalla grande porque no logran amalgamar trama con personajes. Lo que llevó a bodrios y decepciones como Batman V Superman. 

Aún así, Warner Bros no pierde fe en sus superhéroes y tampoco en sus supervillanos y apuesta a ellos en más producciones. Así es como llega el escuadrón suicida, pero no hay que confundirla con el intento casi fallido que realizó David Ayer en 2016 que simplemente se tituló Suicide Squad. Ahora James Gunn le agrega el the (el) al nombre. Como una forma de decir "acá está el verdadero escuadrón" y esa es la sensación que provoca el film, como si lo visto años anteriores nunca hubiese existido, salvo un vago recuerdo al ver algunos personajes que el director mantiene en su nueva adaptación/secuela. Como una especie de Déjà vu.

Este grupo de tareas especiales es formado por el gobierno en secreto bajo la dura e implacable mano de Amanda Waller (Viola Davis) quien recluta a cada uno de los integrantes llegando al punto de la extorsión. Como el caso de Bloodsport (Idris Elba) que no tiene mas remedio que acceder porque amenza con llevar a la carcel a su hija. De esta forma el escuadrón en cuestión es formado para en esta ocasion detener el misterioso proyecto Starfish en la isla ficticia de Corto Maltés. De más está decir que en el intento pueden morir y si llega a haber desertores, sus cabezas explotan, gracias al diapositivo que llevan en su cuello y que Waller es la encargada de apretar el botón. ¿Y cual es el premio? Disminuir años de prisión. 

Gunn le aporta un desparpajo al film que lo vuelve fresco y divertido. Es casi una convención multitudinaria de personajes y actores pero el director sabe como hacer que se luzcan todos, a pesar de que sea un simple cameo. Todos los integrantes tienen su momento de esplendor. Logra un film lúdico en donde se percibe que el director ha tenido la libertad para jugar, desde el guión escrito por él mismo hasta su dirección. Además de contar con una calificación que sea apta para mayores de 16 años y eso también favorece porque permite dar rienda suelta a todo en este tipo de historas y por eso el resultado es algo super mega archi violento y sangriento en donde hay más muertes que en la película Halloween. Esto queda claro ya al inicio de la misión al principio del film en donde las bajas son increíbles y a su vez hay una comicidad en esa violencia gráfica que lo vuelve entretenido. Además de incluir líneas memorables como la que dice el personaje de Harley Quinn (Margot Robbie) al comparar la lluvia como eyaculación de los ángeles. Claramente la mente del director es retorcida, pero hermosa. 

Las actuaciones del elenco crean personajes únicos y carismáticos por más que sean todos unos lunáticos condenados a cadena perpetua. Logran ganarse el corazón del espectador. Y mas allá de las actuaciones principales de Robbie, Elba, Cena (fantástico su personaje de Peacemaker), Melchior (Ratcatcher II) y Kinnaman (como el Coronel Flagg), JG arma una galería completa, desde Michael Rooker como Sevant, pasando por Peter Capaldi (Thinker), Alice Braga (Sol Soria) y hasta Taika Waititi como Ratcatcher. Y las menciones aparte son para Sylvester Stallone y la comadreja Weasel. El primero, le da la voz a King Shark que es como el Groot del escuadrón y por más que para él todo sea ñom-ñom se roba los sentimientos de la audiencia; y el segundo porque es un personaje horrible pero tierno. El director logra de alguna forma enaltecer a estos supervillanos y sobretodo hacerlos humanos. 

Y si hablamos del director de Guardianes de la galaxia es imposible no mencionar el soundtrack de sus películas que en The Suicide Squad también está presente y acompaña a cada escena, desde el primer minuto con Johnny Cash hasta terminar con The Pixies. Lo que hacen que la experiencia sea también musical además de visual, porque son canciones clásicas de todos los tiempos insertas en una trama llena de fantasía y provocan  un contraste interesante.

El escuadrón suicida logra ser uno de los mejores films de DC y lo irónico es que se trata de personajes muy poco conocidos en su mayoría. Pero esa es la cualidad del director y guionista James Gunn: proteger y hacer querible a los perdedores, a los marginados, los olvidados y por qué no a los villanos. Además de tener una visión clara de lo que quiere hacer y cómo hacerlo. Logra darle al universo de DC cómics el primer film ultra violento y sangriento de los últimos años pero a su vez lleno de entretenimiento y eso es lo que se espera en una película basada en una historieta. Lograr que esas fantasías encerradas en viñetas cobren movimiento, y ya es bien sabido que los comics no son para niños, y eso Gunn lo sabe. Él es el guardián de esa galaxia y también el suicida que se anima a hacerlo. 
Calificación ***** (Excelente)  


Título original: The Suicide Squad (2021) - País: Estados Unidos - Director: James Gunn - Guión: James Gunn - Intérpretes: Margot Robbie, Idris Elba, John Cena, Joel Kinnaman, Viola Davis, Daniela Melchoir, entre otros - Fotografía: Henrs Braham - Música: John Murphy - Duración: 132 minutos.

***** (Excelente) - **** (Muy Buena) - *** (Buena) - ** (Regular) - * (Mala)

Fotos de los textos: David Dastmalchian, John Cena, Idris Elba, Daniela Melchior y Margot Robbie en el escuadrón suicida (IMDb). 




Padre nuestro

El exorcista marcó a generaciones enteras por su despiadada crudeza y maldad. Más de cincuenta años después sigue siendo una película aterra...