La vida que merezco

Ti West concluye su extraña trilogía con el último capítulo en el que Maxine deberá aceptar al fin la vida que se merece.


Por Ricardo Diaz 

Pasaron seis años de los sangrientos eventos ocurridos en X, la primera parte de la impensada trilogía creada por Ti West. Mia Goth nuevamente es Maxine Minx, la actriz porno que anhela las luces de Hollywood y poder convertirse en una gran estrella sin importar nada. ¿Los años? 1985. Una época en donde la censura en el cine y en la música era muy frecuente por grupos religiosos alegando que lo que se consumía audiovisualmente contaminaba a las generaciones jóvenes y llevaba al camino del pecado y del mal. Sin ir más lejos (y el director lo muestra muy bien en sus primeros minutos) es el año en que se establece el famoso logo Parental Advisory en los discos que consideraban que contenían temas explícitos. Lo mismo sucedía con el cine y el mundo de los amados VHS qué se convertía en el refugio para aquellas películas consideradas nasties por su contenido violento y sexual y que eran perseguidas por censores mojigatos. Y como siempre sucede, lo prohibido siempre garpa. Al que le guste bien y al que no, qué guarde silencio.

En este contexto efervescente se le suma la presencia de un asesino conocido como el acosador nocturno qué está dejando por todos Los Angeles cuerpos de bellas féminas marcadas con pentagramas. Dichos crímenes parecen tener alguien en común y ahí es cuando aparece Maxine. Luchando con los violentos recuerdos de los sucedido en la granja en donde todos sus compañeros fueron masacrados por la anciana Pearl (que tuvo su propia película en forma de precuela) queda seleccionada para una película llamada La puritana II, y sí es una de terror. 

Sin embargo el personaje de Goth no tendrá un rodaje tranquilo, porque deberá enfrentarse a un desagradable y perturbador detective privado interpretado excelentemente por Kevin Bacon que amenaza con sacar a la luz lo que pasó años atrás y para lidiar con ello deberá pedirle ayuda a su representante, Teddy (Giancarlo Esposito). A su vez tiene la presencia de los detectives Williams Y Torres (Michelle Monaghan y Bobby Cannavale) qué piden su colaboración por los crímenes de acercados a ella a manos del misterioso asesino. Sin mencionar la presión de la fría y exigente directora Elizabeth Bender (Elizabeth Debicki) que pretende lograr una obra maestra con la secuela de La Puritana. Es decir, todo es una bomba de tiempo que puede estallar en cualquier momento y la que deberá pagar el precio será Maxine a menos que pueda hacer lo que mejor hace: sobrevivir. 

Ti West en su tercer entrega se aleja claramente del terror porque no se la puede encasillar en ese género porque sería injusto porque carece de los elementos que la definan como tal. Tienta con el giallo al mostrar los guantes negros de cuero del asesino en una escena en donde observa a Maxine en un club nudista y como se violenta, pero es solo ese instante. Luego toma otra dirección, más policial por la presencia de los detectives pero tampoco hay una investigación en sí, no se ve un desarrollo en la pesquisa por parte de los agentes de la ley, después vuelve a salpicar con gotas de terror por algún que otro cuerpo desmembrado pero es solo eso. Maxxxine es más un tour por esos años convulsivos en materia de la censura. El director no busca desarrollar ninguno o no se decidió, pero me inclinó a que esa fue su idea. Como si fuera una especie de resumen práctico de la época: fanatismo religioso, empoderamiento femenino, censura, la cultura del videoclub, violencia y sexo. Todos esos tópicos son recorridos por el personaje de Mia durante los 104 minutos del film musicalizados perfectamente con clásicos del power rock de ese tiempo, desde ZZ Top, pasando por Rat y Judas Priest para terminar con Kim Carnes y todo plasmado en una estética nostálgica de mediados de los ochenta visonando los futuros 90 con una fotografía que actúa como un viaje en el tiempo con las luces de neón en todos lados y esa calidad sucia de las cintas de video, punto para Elliot Rocket. 

Maxxxine puede parecer decepcionante o dejar sabor a poco pero hay que aceptarla más como epílogo qué como una tercera parte hecha y derecha, independientemente de lo que enfrenta la protagonista al final que da un cierre a lo que se mostraba apenas en X y que el director eligió esta manera de concluirlo. West lo que busca en cada una de estas entregas es evocar a aquellos años, la búsqueda de la nostalgia por tiempos pasados qué pueden haber sido buenos o malos pero que al fin y al cabo han quedado en cada uno y es por eso que puede generar una opinión a favor o en contra porque va a quedar en la subjetividad de cada uno y lo que le hubiese gustado que desarrolle más el film. Pero hay algo claro en el director qué está presente en toda la trilogía, cualquier sueño puede convertirse en una pesadilla y como dice el personaje de Debicki una vez que estas dentro de ese monstruo tienes que intentar que no te escupa y se olvide de vos. Ti West puede haberle provocado alguna arcada pero aún está en la panza de ese colosal monstruo llamado Hollywood. 

Calificación **** (Muy buena) 


Título original: Maxxxine (2024) - País: Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda - Director: Ti West - Guión: Ti West - Intérpretes: Mia Goth, Kevin Bacon, Elizabeth Debicki, Michelle Monaghan, Bobby Cannavale, Lilly Collins - Fotografía: Elliot Rocket - Música: Tyler Bates - Duración: 104 minutos.
Fotos: ImdB


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