Por siempre Bond, James Bond

Daniel Craig usa por última vez el traje del espía inglés más conocido en la vigésima quinta aventura del personaje a lo largo de la historia del cine y se despide a lo grande en un film que no da tiempo para aburrirse.


Por Ricardo Diaz 
Cuando se habla de espías en el cine el primer nombre que estalla en la mente del público es el personaje creado por Ian Fleming, el agente 007. Y a lo largo de los años diversos actores han encarnado a este agente británico, así pasaron Sean Connery, George Lazenby (sólo por una vez), Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y el actual Daniel Craig que por quinta vez le da vida al infalible James Bond.

En su última aventura titulada Sin tiempo para morir, él se encuentra alejado de todo el mundo del espionaje, viviendo una historia de amor con la bella Madeleine (Léa Seydoux) la cual conoció en los eventos ocurridos en Spectre (2015). Sin embargo esa calma no está destinada a durar, ya que eventos del pasado de ella regresan y todo ese idilio amoroso se resquebraja y James regresa una vez más al mundo que conoce o por lo menos en el cual ha existido en su mayor parte. 

La logia Spectre dirigida por Blofeld (Christoph Waltz) sigue operando en las sombras a pesar de que él haya quedado recluido en una prisión de máxima seguridad, una especie de Hannibal tecnológico en la escena en que Bond lo interroga. Aún así, el 007 deberá lidiar con algo más peligroso, el proyecto Heracles. Un arma biológica que está en manos del nuevo villano de turno, Lyutsifer Safin (Rami Malek). De esta forma, James tendrá el tiempo contado para salvar al mundo por lo que le queda poco tiempo para morir (ja!) Ah! y también debe trabajar en equipo con la nueva agente 007 Nomi (Natasha Lynch) 

Como en todas las películas de la saga, estas aventuras increíbles y casi disparatadas son el eje de las historias, pero es como un acuerdo tácito entre el director y el espectador en donde se acepta porque uno quiere ver al 007 en acción y principalmente a Craig, porque hay que ser sincero, Daniel moldeó como nadie al personaje, lo llevó más allá del estereotipo casi caricaturesco en el que se había convertido la versión de Brosnan. Y en esta despedida del personaje se puede observar todo el camino recorrido. 

Sin tiempo para morir une de alguna forma los cinco films del Bond de ojos azules y logra un broche de oro para el personaje y para el actor que lo encarnó por quince años. Sin lugar a dudas su versión es la más real, creíble y humana. En el film de Cari Joji Fukunaga se lo permite ver enamorado al personaje, experimentando sentimientos que han estado parpadeando en las entregas anteriores y que ahora se encienden por completo y llevan al personaje a un lugar más vulnerable, pero sin perder la hombría que tiene el agente con licencia para matar. Y si hay algo que caracteriza a la versión de Craig es justamente eso, ese equilibrio justo entre lo rudo y lo sofisticado. Porque sólo Bond puede caer de un techo con clase y tomarse un martini mezclado, no batido. 

La larga duración del film (dos horas y cuarenta y tres minutos) evocan al título, porque es una montaña rusa de emociones, acción y hasta risas que no dejan tiempo para nada más. Todos los personajes interactúan de manera única y se amalgaman de forma perfecta unos con otros, ninguno está de más, inclusive hay regreso de personajes del pasado, corpóreos y no corpóreos. Y todos de alguna manera para poder decir adiós. Y esa sensación es producto de las actuaciones. Se luce Malek con este villano extraño y que de alguna forma es como la némesis perfecta para Craig. Su modo de hablar, casi como un susurro y esa mirada particular de Rami lo convierten en un antagonista que desde el primer momento se sabe que va a llevar las cosas al extremo. La aparición de Ana de Armas como Paloma como side-kick en la misión de Cuba no tiene desperdicio y le da una frescura al film agradable de ver y por qué no un futuro spin off. 

Fukunaga tuvo la ardua tarea de digirir la vigésima quinta película del agente 007 que a su vez es la despedida de uno de los Bond más icónicos. El Bond que más corrió en el cine, que recibió tiros, se le cayeron edificios encima y lo torturaron peor que a Jack Bauer en Casino Royale (2006) y ahi siguió él, se las bancó a todas, porque hablando en criollo Daniel Craig lo volvió macho al agente del MI6. Y en esta entrega Bond no se va acobardar aunque de alguna forma se enfrente al mismísimo Lucifer, porque ahora él ha encontrado lo que siempre buscó en algun rincón de su ser desde hace mucho tiempo, y como él dice en una parte del film "es difícil dejar ir". Y esa frase sobrevuela todo el tiempo hasta el gran clímax final y su mirada de ojos azules en primer plano, mirando al espectador por última vez. Porque más allá de todo, la vida debe continuar y sin tiempo para morir. 
Calificación **** (Muy buena) 

Título original: No Time To Die (2021) - País: Reino Unido, Estados Unidos - Director: Cory Joji Fukunaga - Guión: Neal Purvis, Roberto Wade, Cory Joji Fukunaga - Intérpretes: Daniel Craig, Léa Seydoux, Rami Malek, Lashana Lynch, Ralph Fiennes, Ben Wihshaw, Naomie Harris, entre otros - Fotografía: Linus Sandgren - Música: Hans Zimmer - Duración: 163 minutos.

***** (Excelente) - **** (Muy Buena) - *** (Buena) - ** (Regular) - * (Mala)

Fotos de los textos: Daniel Craig y Ana de Armas en sin tiempo para morir (IMDb). 

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