Weapons es el regreso del director Zach Cregger nuevamente con una premisa terrorífica, pero al final su respuesta no satisface.
Nada mas aterrador que la desaparición de un conjunto de personas al mismo tiempo. Algo que haría estremecer a Fox Mulder y saldría a buscar hombrecitos verdes. Un hecho así es lo que desencadena la historia de weapons. Una noche, 17 niños, a las 2.17, simplemente salieron corriendo de sus casas en una postura similar a un misil. Todos pertenecían al mismo curso. Solo un niño, Alex (Cary Christopher), no salió "teledirigido" a la oscuridad. Que miedo, ¿no?.
Este suceso es el desencadenante para que Cregger comience a desmenuzar la historia para saber qué pasó. Y así es como seis subtramas se superpondrán una con otra para dar esa respuesta que hasta ahora nadie sabe, excepto la voz del pequeño narrador del comienzo que advierte que lo que sucedió fue de verdad y que implica numerosas muertes extrañas y todos lo han callado porque aun no lo comprenden. Dato que ayuda al misterio y adentrarse en la trama y estar atento a todos los detalles que el director hace, aunque solo tenga un antecedente, Barbarian. Los que la han visto ya saben a lo que me refiero y si no lo hicieron, van a encontrarse con algo diferente pero bueno.
Continuando con esta película, la primera historia es la de Justine (Julie Garner), la maestra del curso que es acusada por todos los padres como la responsable o que mínimo algo tiene que saber. Producto de ello vemos como lidia mediante litros de vodka todas las acusaciones de la comunidad hasta el punto de escribirle en su auto "bruja". Un personaje frágil y maltratada en más de una forma (a medida que se produce esa "superposicion" de puntos de vista lo van a entender). Hay un padre enojado, Archer (Josh Brolin) que vuelca esa bronca hacia Justine y todo parece indicar que está a nada de hacer alguna estupidez. Completan esta trama coral un policía alcohólico e infiel (Alden Ehrenreich), un ladrón drogadicto (Austin Abrams), el director de la escuela (Benedict Wong) y el propio nene, que cual cuento de Agatha Christie, es el ultimo indiecito, Alex.
Todas sus puntos de vista cohesionan y van dando forma al misterio que va creciendo a lo largo del film, como así también se desarrollan los personajes y qué tanto están perdidos con sus problemas, que por momentos, la desaparición de los niños ha quedado olvidada, sin prestar atención en cosas simples como ver el vecino de al lado. En este conglomerado de historias la llegada de un personaje que es, como mínimo, extraño va a desatar el desenlace de la película y en esa resolución radica, para mi, la insatisfacción y hasta desilusión con weapons.
Zach Cregger construye una atmósfera única, cargada de misterio, preocupación y que de muy buena manera logra sustos genuinos con pesadillas de sus protagonistas. Hay una amalgama casi perfecta entre director, guionista (la misma persona) y fotografía, que es agradable de ver y dejarse llevar por el suspenso. Aunque no agrade el accionar de los personajes. El comienzo en donde se manifiesta la desaparición y la película se toma su tiempo para desarrollarla con el tema beware of darkness de George Harrison es simplemente maravillosa y aterradora. Con ese nivel de intriga, cuando llega su desenlace, genera una sensación de que todo lo construido empieza a tambalearse como un castillo de naipes. La ¿explicación? es tan ridícula y hasta barbárica que es molesta, es como si un huracán llegara y lo hubiese arrasado todo sin previo aviso, dejando al espectador atónito y quizás mas confundido de lo que estaba hace unos minutos cuando entra en otra temática el film. Una que no se había pensado, quizás simple para la carga emocional que llevaba hasta ese punto.
Weapons tiene muchas referencias a temáticas globales que hoy en día entristecen. El alcoholismo, la drogadicción, los tiroteos en las escuelas, señalar a alguien inocente como culpable. Cada una de ellas son potenciales "armas" que pueden destruir y mucho. Cregger impulsa a que se reflexione sobre ello y casi que lo logra hasta el final, pero termino eligiendo otra arma: el silencio.
Calificación: *** (Buena)
Fotos: ImdB


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